Hasta hace poco cuando pretendíamos criar en cautividad, reproducir nuestros halcones o nuestras águilas, nuestros azores o cernícalos, teníamos que comunicarlo a un organismo llamado SOIVRE, en el que se nos daba de alta como criadores, el cual nos proveía de un certificado internacional denominado CITES que dictamina la procedencia legal de nuestros pájaros. Nótese que digo “nuestros” porque son, en todos los casos, aves criadas en cautividad y normalmente por medios de inseminación artificial. Hasta ahora era este organismo, dependiente del Ministerio de Comercio, el que inspeccionaba y recibía toda la documentación referente a las puestas, nacimientos, anillados, y demás marcaciones de nuestras aves. Ya el año pasado recibimos una carta en la que se instaba a los pequeños criadores, (entiéndase por pequeños criadores aquellas personas que tienen una o dos parejas que pueden dedicar o no a la cría, legalmente menos de 6 parejas) a obtener el certificado de núcleo zoológico que depende de la OCA y no del Ministerio de Comercio. Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando dirigiéndonos a dicho organismo, en primer lugar, desconocían en qué normativa se estaban basando para exigirnos dicha figura, y en segundo lugar nos comunicaban que al tener un número de parejas inferior a 6 no era necesario la obtención de dicho certificado. Así se le fue comunicado al SOIVRE que directamente dio por buenos estos argumentos dejando el tema tal cual estaba.
El problema ha surgido con la creación de un nuevo ministerio el “Ministerio para la transición Ecológica y Reto Demográfico” (MITECO) que se ha erigido como autoridad científica que debe aprobar idoneidad de las instalaciones, dónde hasta ahora se criaba a las aves rapaces. Por tanto, el SOIVRE ahora, antes de entregar el certificado CITES consulta a la autoridad científica del Ministerio, que en un alto porcentaje de casos está denegando la idoneidad de las instalaciones, o aduciendo que no puede comprobar la procedencia del plantel de cría.
Es por esto, que muchos cetreros se encuentran en la situación de tener aves recién nacidas y que de momento no pueden sacar de sus instalaciones al no contar con el certificado CITES, necesario para el comercio con dichas especies. Cuando hablamos de comercio a pequeña escala, hablamos de un bajo margen de obtención de beneficios teniendo en cuenta, el costo de la cría, con lo cual en realidad si se obtiene un beneficio es muy pequeño y sirve, en la mayoría de los casos, para sufragar los gastos generados por la propia actividad.
Además de todo esto, se oyen noticias sobre cambios en las leyes que afectan a la cría, y precisamente al tema de los núcleos zoológicos. Sería conveniente recordar en este punto, que, gracias a la cría en cautividad, muchas especies se han salvado de la extinción, y que, gracias a la aplicación de las técnicas de cetrería, ninguna especie utilizada por los cetreros está actualmente en peligro de extinción, a diferencia de otras que no son usadas por estos. Igualmente cabe destacar que gracias a la cría en cautividad ha desaparecido prácticamente la necesidad o la práctica de desnides, con la consecuente proliferación de poblaciones silvestres. Quizás por último deberíamos destacar, que todos estos animales criados en cautividad, deberían ser considerados como animales de compañía o mascotas, en cuanto ya no proceden del medio natural ni podrían ser consideradas silvestres.
Por todo ello, desde ACESUR se viene trabajando desde hace ya bastante tiempo, en cooperación con otras asociaciones de Andalucía, en la redacción de una petición de información así como de unas alegaciones, a presentar ante el MITECO, para que se desbloquee esta situación, y se reconozca y se potencie, la labor que los grandes y pequeños criadores, ya no sólo de aves de cetrería, sino de muchas más especies como por ejemplo reptiles, pequeños mamíferos, insectos, y aves exóticas, que se encuentran en la misma situación.